miércoles, diciembre 08, 2004

La bahía en Navidad

Ayer salí tarde de la oficina y a esas horas el bus que tomo para ir a mi casa cambia de recorrido. Me tuve que quedar lo más cerca que el carro que me dejaba para ir a mi casa, las 5 esquinas.
Enseguida distinguí que el ambiente era diferente que en otras ocasiones, estamos cercad de la Navidad y la bahía en época de Navidad cambia.
En la esquina en la que me bajé respiré profundo, agarré con fuerza la funda de De prati que llevaba y emprendí mi camino.
Un puesto de venta de nacimientos y árboles de fibra óptica es lo primero que me llama la atención. Más adelante los sombreros de papá noel a 1$, guirnaldas, juegos de focos para el árbol, negocios de juguetes y electrodomésticos. En la esquina de Súper Éxito (que ahora tiene un local más grande y cómodo en el Mall del Sur JAJAJAJAJA), el vigilante se hace ocho para controlar a los carros, la gente cruza cuando no debe (yo también), en esa esquina empiezan a ubicarse los vendedores de mangos verdes (y otros colores), grosellas y naranjas, de fritada con triquina, de aguas frescas, de colas y agua, de cds con las últimas películas. El humo de las pailas se confunde con el de los carros, llego a la esquina de Ayacucho y Chile y encuentro otro vigilante, somos dos personas las que queremos pasar, el vigilante le da paso primero a la 92 y para que este condenado carro no me aplaste, me tengo que subir a la acera llena de cartones, papeles y fundas en las que viene envuelta la ropa que se vende en la bahía y que los vendedores se han mal acostumbrado a amontonar en esa esquina. El vigilante para los carros y cruzo la calle, agarrando fuerte la funda que llevo y tratando de esquivar a la parejita q cruza la calle agarrados de la mano. Sigo caminando y noto que toda la gente mira para arriba y yo, como buena mona, miro de reojo y de repente descubro las luces en el edificio nuevo de Ayacucho y Eloy Alfaro. Las pocas luces que lo adornan lo hacen ver muy bonito sin caer en lo escandoloso o excesivo. Me detengo un momento a mirar. Listo estoy en Eloy Alfaro, continúo caminando, paso una tienda de arboles, luces y adornos, dos tiendas, tres tiendas, cuatro, cinco, ........ perdí la cuenta. Llego a la esquina de mi casa y el olor a carne asada me abre más el apetito, llego a la puerta de mi casa, respiro profundo, aún tengo la funda en la mano y mi cartera en el hombro.Generalmente la bahía es así, llena de gente, de movimiento, de cosas, pero en Navidad no cambia mucho, lo que se ven ahora son artículos propios de la época, más gente, más tereques en la calle, más vigilantes, más carros. Desafortunadamente se ve más basura y más choros también pero vamos!!!.... La Navidad es para todos!

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