viernes, diciembre 10, 2004

El señor lotero sin brazos

En la tarde tuve que ir al centro donde un cliente, pase todo el día rogando que se cancele esa cita pero fue inevitable. Para colmo el sol, y las cuadras que hay que caminar hacían ese viaje más indeseable.
Estaba en la entrada de Banco Amazonas esperando a Fabricio cuando pasó delante de mí un señor lotero sin brazos y con una pinza donde llevaba los boletos de la lotería en la boca. Me demoré un poco en reaccionar, pensé ‘Vaya!!!! él sin brazos y aún así trabaja y se gana su vida como puede, y yo con todas mis extremidades completas me quejo por ir al centro donde un cliente en pleno sol’.
Decidí entonces comprarle un guachito de lotería y caminé hasta la esquina pero no lo alcancé. Chuzo, qué turro, de verdad quería comprarle un guachito.
Fabricio llegó y tomamos camino al cliente, mientras caminábamos le comenté lo del señor lotero sin brazos y me dijo que sí lo había visto antes, decidimos tomar otro camino, uno por donde no da el sol, y a mitad de la cuadra, detrás de nosotros escuchamos una voz ofreciendo lotería, Fabricio me dice: ‘Ve, lotería’ y para mi sorpresa era el señor lotero sin brazos. No lo pensé dos veces y le dije que me de un guachito y también que me de la suerte, me recomendó el cuatro, y elegí un guachito terminado en cuatro que estaba solito en la pinza q cargaba en la boca. Fabricio también compró uno, puse el billete de cinco dólares en el bolsillo y saqué mi vuelto. Al final terminé comprándole el guachito de lotería al señor lotero sin brazos y aunque no me la gane, ese día tuve una lección de vida. Cuántas veces no peco de pereza y me quejo, mientras otros, sin brazos, sin piernas, buscan la manera de salir adelante, de sobrevivir en este mundo para gente con extremidades completas y no se quejan ni reniegan de la vida. Como a veces digo: ‘Dios le da barba a quién no tiene quijada’

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