Mi amiga Lorena va a casarse en Septiembre para lo cual estoy haciendo dieta (y próximamente ejercicios jejeje, oe ES EN SERIO!!!!! jajajaja). Bueno, el punto es que Lorena siempre decía que nunca iba a casarse, pero como la lengua siempre castiga, ahí está, emocionadota y gastada… pero feliz! La verdad es que me alegra mucho verla así, después de alguna vez haberla visto casi al borde de la locura y con ganas de morirse. Estoy segura que todo esto valdrá la pena.
El asunto es que últimamente me he encontrado hablando de matrimonio con algunas personas, debe ser porque tengo algunos amigos casados y estoy invitada a dos bodas. El fin de semana estuve conversando con Carolina y Lorena al respecto. Carolina, que es más tradicional, se escandaliza un poco al escucharme que a mi no me interesa casarme por la iglesia y mucho menos hacer la fiestota y todo el rollo elegantoso porque eso no me hará ni mejor ni peor persona, compañera, madre, profesional, ama de casa, o los roles que sea que me toque ejercer y mucho menos me asegura la felicidad. Ella me dice que no hable muy alto, que la boca castiga y que un día me verá entrando a una iglesia. Yo solo me río.
Mmmm…. Pero vayamos más al fondo, indaguemos por qué es que pienso así???
Pues bueno, mi mamá es madre soltera y no sé por donde andará mi padre, así que no vengo de una familia legalmente constituida. La tía casada con quién más me comunico tiene un matrimonio que a mi parecer es monótono y ya con falta de cariño. De todos mis primos, primas, tíos y tías casados por Iglesia, mmm…. creo que solo hay una o dos parejas que hasta ahora han respetado la completa fidelidad que algún día se profesaron. Los que han sido más felices incluso ni siquiera están casados por el civil.
Bueno, seguramente he de ser como la mayoría de chicos que se casan por la iglesia solo porque la novia quiere, jejeje, en mi caso será porque el novio quiere jajajajajaja.
Si es que hasta ese día mantengo mi blog, de seguro les contaré.
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